lunes, 15 de junio de 2009

OBJETIVO CUMPLIDO: LIVERPOOL CLASIFICO A LA LIGUILLA



RIVER PLATE 1
LIVERPOOL 2

FECHA: 14 de junio. CANCHA: parque Saroldi. ÁRBITRO: Martín Vázquez. ASISTENTES: Miguel Nievas y Antonio Fedorczuk.

RIVER PLATE: Luciano Dos Santos; Ronaldo Conceiçao, Nelson Abeijón (53' Pablo Tiscornia) y Diego Sosa; William Klingender (59' Leandro Ezquerra), Gonzalo Porras y Jorge Rodríguez; Leandro Silva; Jorge Zambrana, Federico Puppo (35' Sergio Souza) y Henry Giménez. DT: Juan Ramón Carrasco. SUP.: Ernesto Hernández, Mario Rizzotto, Tishmel Tabárez y Jorge Córdoba.

LIVERPOOL: Matías Castro; Carlos Rodales, Juan Álvez, Nicolás Correa y Maximiliano Montero; Rodrigo Vázquez (60' Mauricio Díaz), Carlos Macchi, Marcelo Tejera (58' Carlos Sánchez) y Paulo Pezzolano; Elías Figueroa (75' Emiliano Alfaro) y Julián Lalinde. DT: Eduardo Favaro. SUP.: Sergio Migliaccio, Máximo Lucas, Paolo Patritti y Michel Acosta.

AMARILLAS: 9' Vázquez (L), 9' Giménez (RP), 38' Rodríguez (RP), 48' Abeijón (RP), 57' Tejera (L), 68' Silva (RP). ROJAS: 21' Julián Lalinde (L).

GOLES: 56' Paulo Pezzolano (L), 64' Henry Giménez (RP), 74' (de cabeza) Nicolás Correa (L).

Cuando Vázquez mandó afuera a Lalinde en el minuto 21, River acunó el sueño que alimentaba su esperanza mientras el oído se pegaba a las radios. La consigna era saber la realidad del Monegal. En la cancha, la primera media hora de juego era darsenera. Zambrana volcado por derecha, abierto y jugando de la mano con JR que estaba allí, le ganó varias veces la espalda a Montero y proyectó el fútbol del local. Pero Montero es uno de los laterales más aplicados a la marca del medio profesional. Se le pegó al goleador y le quitó movilidad para anular la única vía que tenía River y la que explotaban Klindgender y "Lea" Silva.

Dentro del ritmo acelerado, la marca de dientes apretados de Liverpool, potenció la posesión del balón que siempre tuvo destinatario: Marcelo Tejera.

El experimentado volante puso envíos con precisión de cirugía para Figueroa y Pezzolano. Uno de sus centros lo tomó Vázquez, lo estrelló en el travesaño y entonces, nadie se acordaba en el Saroldi que la visita tenía uno menos.

La banda de River es de buena pegada. Todos juegan bien; todos tratan bien el útil. El intento de generar fútbol siempre sale de una fábrica con grifa de calidad Unit. Pero a veces eso no cuaja cuando enfrente se para un equipo con gran solidez en defensa, con pulpos como Macchi, cerebros como Tejera y zurdas prodigiosas como la de Pezzolano.

El segundo tiempo llegó con los goles. Montero le ganó una más a Zambrana en el borde de su área y emprendió el slalom hacia el arco rival. Nadie lo paró. Combinó con Figueroa y prosiguió para habilitar a Pezzolano que marcó el primero.

La Liguilla estaba en el bolsillo cuando, nueve minutos después, igualó Henry Giménez con remate cruzado y volvió la incertidumbre al negriazul. Los otros resultados eran favorables pero el trámite en la cancha era lo opuesto. En un minuto, Leandro Silva puso dos veces en aprietos a Castro que respondió magistralmente. Nuevamente un cambio de ritmo del equipo de Favaro, llevó el fútbol al otro hemisferio del terreno. Centro de Pezzolano a la cabeza de Nicolás Correa. Remate corto y triunfo sellado con festejo corrido de su hinchada. No era para menos: el sueño liguillero estaba concretado. Del otro lado, River veía morir (en su terreno y en Canelones) sus ansias de campeonato.

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